LISTA 262
Ciudad de Buenos Aires

Alberto Rodríguez Saá
Presidente

Carlos Tórtora
Diputado Nacional


2) Azucena Lidia Marchioni
3) Ricardo Raúl Gamondés
4) Norberto Amadeo Gentili
5) Graciela Patané
6) José Carlos Esteban
7) Juan Manuel Bernárdez
8) Mónica Viviana Lang
9) David Franklin Lara
10) Damián Eduardo De Simone
11) Irma Enriqueta Clara Puertas Crüse
12) Juan Ramón Figueroa


Enrique Piragini
Senador Nacional


2) Norma Ester Onna


Suplentes:

Leonardo Isaías Pollach
Marta Graciela Caubet de Gálvez
DOCE PROPUESTAS PARA UNA ARGENTINA MEJOR


El fracaso del actual modelo político y económico se expresa en la grave crisis que estamos atravesando. Somos conscientes de que vamos rumbo al abismo y que, para evitarlo, debemos asumir la responsabilidad de construir una nueva alternativa política con estas metas:

1) Reinsertar a la Argentina en el mundo, para que volvamos a ser interlocutores de los centros de poder internacionales.
2) Derogar las leyes y decretos inconstitucionales y la legislación de emergencia, restableciendo el pleno imperio de la Constitución Nacional, el Estado de Derecho y la Seguridad Jurídica.
3) Impulsar un nuevo modelo económico basado en la atracción de las inversiones productivas, el desarrollo tecnológico, la recomposición del valor real del salario y una inflación similar a la de las economías desarrolladas.
4) Reordenar el gasto público, privilegiando las funciones esenciales del Estado: Justicia, Seguridad, Educación, Defensa, Relaciones Exteriores, Acción Social y Salud. Se terminará así con el despilfarro y la corrupción del Estado Empresario, pero también con las excesivas regulaciones que sofocan el funcionamiento de los mercados.
5) Modernizar y dignificar a las fuerzas policiales y de seguridad y reformar la legislación penal. La lucha contra el delito debe ser la primera prioridad del Gobierno.
6) Fomentar la verdadera Justicia Social, que es la creación de oportunidades para todos.
7) Restablecer la Paz Social y la Unión Nacional, a través del diálogo y la construcción de consensos con todos los sectores políticos y sociales, para que podamos reconstruir la democracia sobre el cimiento de los valores.
8) Restaurar el orden, que no es otra cosa que el imperio de la ley.
9) Volver al pluralismo, la tolerancia y la libertad de expresión, dejando atrás esta era del pensamiento único y el miedo.
10) Poner fin a las sistemáticas agresiones que desde el Estado hoy se realizan contra las Fuerzas Armadas, la Iglesia Católica y todas las instituciones que resisten al populismo de izquierda.
11) Elevar la calidad institucional a través del mejor funcionamiento de los controles de la Administración y la transparencia de la información pública.
12) Recomponer el Federalismo mediante una descentralización impositiva que devuelva facultades a las provincias con una mejor y justa distribución de la recaudación en materia de retenciones e impuesto al cheque.

LA LECCIÓN POLÍTICA DEL URUGUAY Escribe: Pascual Albanese


Con la presencia de los altos mandos militares y antiguos jefes guerrilleros, Tabaré Vázquez Vázquez presidió en Montevideo, frente al monumento a Artigas, una ceremonia por la “reconciliación nacional”.

El presidente uruguayo Tabaré Vázquez encabezó el martes 19 de junio pasado, aniversario del nacimiento del prócer oriental José Gervasio Artigas, una ceremonia puesta bajo el lema del “Nunca más uruguayos contra uruguayos” y orientada a consolidar la “reconciliación nacional” y dejar definitivamente atrás “el terrorismo de Estado” y “el enfrentamiento entre uruguayos”.

La presencia conjunta de los comandantes de las Fuerzas Armadas y de dirigentes históricos de “Tupamaros”, como el senador del Frente Amplio Eleuterio Fernández Huidobro (ex lugarteniente del jefe guerrillero Raúl Sendic y trece años preso por ese motivo) y el actual Ministro de Ganadería, José Mujica, otorgaron a la ceremonia un nítido carácter histórico.

Vázquez saludó cordialmente a Pedro Bordaberry, hijo de Juan María Bordaberry, actualmente bajo arresto domiciliario, ex presidente civil que en 1973 disolvió el Parlamento y protagonizó el autogolpe de estado que inauguró el único régimen militar de la historia uruguaya, imperante hasta 1985. También asistió al acto la viuda del ex presidente colorado Jorge Pacheco Areco (antecesor de Bodaberry), que durante su mandato constitucional, entre 1977 y 1972, inició la lucha contra la guerrilla. Cerca del hijo de Bordaberry, estaba el senador Rafael Michelini, hijo del dirigente del Partido Colorado Zelmar Michelini, asesinado en Buenos Aires en mayo de 1974. También se encontraba Jorge Vázquez, hermano del presidente, actual Prosecretario General de la Presidencia y antiguo militante de la Organización Popular Revolucionaria, otra organización guerrillera de la década del 70.

La iniciativa de Vázquez generó una fuerte discusión en la izquierda y las organizaciones de defensa de los derechos humanos, que arguyen que en Uruguay no hubo un “enfrentamiento entre hermanos” sino, simplemente, “terrorismo de Estado”. También hubo cierta reticencia en algunos sectores civiles y militares, que niegan la calificación de “terrorismo de Estado” para la lucha anti-guerrillera de aquellos años.

En su mensaje de convocatoria al acto, Vázquez fue categórico al afirmar que la “historia nunca es blanco y negro”. En relación a las críticas de derecha e izquierda, respondió que “no somos víctimas del agnosticismo cívico ni de la rebeldía de mampostería”. Y subrayó que “el pasado no nos ata y el futuro no nos espanta”.

Si bien el Partido Comunista, que no participó de la lucha armada y que, a diferencia de guerrilleros y militares, no tiene víctimas ni mártires propios que recordar, anunció su oposición a la ceremonia, asistió la Ministra de Defensa, Azucena Berruti, destacada dirigente partidaria, cuya presencia fue recibida con cálidos aplausos por la concurrencia. También participó la viuda del general Liber Seregni, fundador del Frente Amplio, coalición de izquierda que con la victoria de Vázquez rompió con 150 años de alternancia bipartidista en el sistema constitucional uruguaya.

La visión integradora de Vázquez dista de ser un hecho aislado. Mujica, quien señaló que asistía a la ceremonia “con la convicción de un viejo combatiente que sabe que los pueblos pueden tropezar varias veces con la misma piedra”, fue todavía mucho más allá cuando dijo: “estoy profundamente arrepentido de haber tomado las armas con poco oficio y no haberle ahorrado una dictadura al Uruguay”, en referencia a los doce años de gobierno “de facto”. Por su parte, Jorge Larrañaga, el candidato del Partido Blanco que salió segundo en las pasadas elecciones presidenciales, señaló que no tenía que justificar su
presencia, porque “no podemos seguir presos del pasado”. Subrayó que su partido “siempre estuvo a favor de la reconciliación nacional”. Bordaberry (h), que lidera una corriente interna del Partido Colorado y aspira a la candidatura presidencial para las elecciones de 2009, afirmó que “es un buen intento del Presidente decirle nunca más a la vioencia, no sólo del estado sinoa la de los 60, 70 y 80”.

No hace falta profundizar el análisis para contrastar la actitud de Vázquez, el primer presidente socialista de la historia uruguaya, con la estrategia de confrontación permanente implementada desde hace cuatro años por el gobierno de Néstor Kirchner.

POR UNA CIUDADANÍA DE DEBERES

Extractos de discurso del 2 de mayo de 2007

de Nicolás Sarkozy


«El pensamiento único, que es el pensamiento de quienes lo saben todo, de quienes se creen no sólo intelectualmente sino también moralmente por encima de los demás, ese pensamiento único había denegado a la política la capacidad para expresar una voluntad. Había condenado la política. Había profetizado su caída imparable frente a los mercados, las multinacionales, los sindicatos, Internet. Se sostenía que en el mundo tal cual es hoy, con sus informaciones que se difunde instantáneamente, sus capitales que se desplazan cada vez más rápido y sus fronteras ampliamente abiertas, la política ya no jugaría más que un papel anecdótico y que ya no podría expresar una voluntad, porque el poder pronto estaría compartido, diluido, disperso en red; porque las fronteras estarían totalmente abiertas y los hombres, los capitales y las mercancías circularían sin obedecer a nadie. Pero la política retorna. Retorna por todas partes en el mundo. La caída del Muro de Berlín pareció anunciar el fin de la Historia y la disolución de la política en el mercado. Dieciocho años después, todo el mundo sabe que la Historia no ha terminado, que siempre es trágica y que la política no puede desaparecer porque los hombres de hoy sienten una necesidad de política, un deseo de política como rara vez se había visto desde el fin de la segunda guerra mundial. (...)La necesidad de política tiene por corolario la necesidad de nación. La nación también había sido condenada. Pero aquí está de nuevo, para responder a la necesidad de identidad frente a la mundialización, vivida como una empresa de uniformización y mercantilización del mundo en la que ya no quedaría lugar para la cultura y para los valores del espíritu. Quizá la inquietud es excesiva, pero es bien real y expresa una necesidad de identidad muy fuerte. Por todas partes la he encontrado en esta campaña; en todas partes me han hablado de ella gentes de toda condición. Pero la nación no es sólo la identidad. Es también la capacidad de estar juntos para protegerse y para actuar. Es el sentimiento de que no se está solo para afrontar un futuro angustioso y un mundo amenazante. Es el sentimiento de que, juntos, se es más fuerte, y podremos hacer frente a lo que, solos, no podríamos afrontar. (...)Yo he querido volver a poner la voluntad política y Francia en el corazón del debate político. La voluntad política y la nación están siempre para lo mejor y para lo peor. El pueblo que se moviliza, que se convierte en una fuerza colectiva, es una potencia temible que puede actuar tanto para lo mejor como para lo peor. Hagamos las cosas de manera que sea para lo mejor. Conjuraremos lo peor respetando a los franceses, manteniendo nuestros compromisos, respetando la palabra dada. Conjuraremos lo peor haciendo que la moral retorne a la política. (...)No me da miedo la palabra “moral”. Desde mayo de 1968 no se podía hablar de moral. Era una palabra que había desaparecido del vocabulario político. Hoy, por primera vez en decenios, la moral ha estado en el corazón de la campaña presidencial. Mayo del 68 nos había impuesto el relativismo intelectual y moral. Los herederos del 68 habían impuesto la idea de que todo vale, de que no hay ninguna diferencia entre el bien y el mal, entre lo verdadero y lo falso, entre lo bello y lo feo. Habían querido hacernos creer que el alumno vale tanto como el maestro, que no hay que poner notas para no traumatizar a los malos alumnos, que no había diferencias de valor y de mérito. Habían querido hacernos creer que la víctima cuenta menos que el delincuente, y que no puede existir ninguna jerarquía de valores. Habían proclamado que todo está permitido, que la autoridad había terminado, que las buenas maneras habían terminado, que el respeto había terminado, que ya no había nada que fuera grande, nada que fuera sagrado, nada admirable, y tampoco ya ninguna regla, ninguna norma, nada que estuviera prohibido.Recordad el eslogan de Mayo del 68 en las paredes de la Sorbona: “Vivir sin obligaciones y gozar sin trabas”. Así la herencia de Mayo del 68 ha liquidado a la escuela de Jules Ferry en la izquierda francesa, que era una escuela de la excelencia, del mérito, del respeto, del civismo; una escuela que quería ayudar a los niños a convertirse en adultos y no a seguir siendo niños grandes, una escuela que quería instruir y no infantilizar, porque había sido construida por grandes republicanos que tenían la convicción de que el ignorante no es libre. Pero la herencia de Mayo del 68 ha liquidado esa escuela que transmitía una cultura común y una moral compartida, cultura y moral gracias a las que todos los franceses podían hablarse, comprenderse, vivir juntos. La herencia de Mayo del 68 ha introducido el cinismo en la sociedad y en la política. Han sido precisamente los valores de Mayo del 68 los que han promovido la deriva del capitalismo financiero, el culto del dinero-rey, del beneficio a corto plazo, de la especulación. El cuestionamiento de todas las referencias éticas y de todos los valores morales ha contribuido a debilitar la moral del capitalismo, ha preparado el terreno para el capitalismo sin escrúpulos y sin ética, para esas indemnizaciones millonarias de los grandes directivos, esos retiros blindados, esos abusos de ciertos empresarios, el triunfo del depredador sobre el emprendedor, del especulador sobre el trabajador. (...)Los herederos de Mayo del 68 han degradado el nivel moral de la política. Todos esos políticos que reivindican la herencia de Mayo del 68, dan al prójimo lecciones que jamás se aplican a sí mismos, quieren imponer a los demás comportamientos, reglas, sacrificios que jamás se imponen a sí mismos. Proclaman: “Haced lo que yo digo, no hagáis lo que yo hago”. Ésa es la izquierda heredera de Mayo del 68, la que está en la política, en los medios de comunicación, en la administración, en la economía. La izquierda que le ha tomado gusto al poder, a los privilegios. La izquierda que no ama a la nación porque no quiere compartir nada. Que no ama a la República porque no ama la igualdad. Que pretende defender los servicios públicos, pero que jamás veréis en un transporte colectivo. Que ama tanto la escuela pública, que a sus hijos los lleva a colegios privados. Que dice adorar la periferia, pero que se cuida muy mucho de vivir en ella. Que siempre encuentra excusas para los violentos, a condición de que se queden en esos barrios a los que ella, la izquierda, no va jamás. Esa izquierda que hace grandes discursos sobre el interés general, pero que se encierra en el clientelismo y el corporativismo. Que firma peticiones y manifiestos cuando se expulsa a algún “okupa”, pero que no aceptaría que se instalaran en su casa. Que dedica su tiempo a hacer moral para los demás, sin ser capaz de aplicársela a sí misma. Esa izquierda, en fin, que entre Jules Ferry y Mayo del 68 ha elegido Mayo del 68, es la que condena a Francia a un inmovilismo cuyas principales víctimas serán los trabajadores, los más modestos, los más pobres.Ésa es la izquierda que desde Mayo del 68 ha renunciado al mérito y al esfuerzo, que ha dejado de hablar a los trabajadores, de sentirse concernida por la suerte de los trabajadores, de amar a los trabajadores; porque el valor trabajo ya no forma parte de sus valores, porque su ideología ya no es la de Jaurès o la de Blum, que respetaban a los trabajadores, sino que ahora la ideología de la izquierda es la del reparto obligatorio del trabajo, la de las 35 horas, la del asistencialismo. La crisis del trabajo es ante todo una crisis moral, y en ella la herencia de Mayo del 68 tiene una enorme responsabilidad. Yo quiero rehabilitar el trabajo, quiero devolver al trabajador el primer lugar en la sociedad. (...)La herencia de Mayo del 68 ha debilitado la autoridad del Estado. Esos herederos de los que en Mayo del 68 gritaban “CRS = SS”, toman sistemáticamente partido por los violentos, los alborotadores y los estafadores contra la policía. Lo hemos visto tras los incidentes de la Estación del Norte. En lugar de condenar a los violentos y de apoyar a las fuerzas del orden y su difícil trabajo, no se les ha ocurrido nada mejor que esta frase, que merecería ser inscrita en los anales de la República: “Es inquietante constatar que se ha abierto una fosa entre la policía y la juventud”. Como si los vándalos de la Estación del Norte representaran a toda la juventud francesa. Como si fuera la policía la que estaba actuando mal, y no los violentos. Como si los violentos hubieran destrozado todo y saqueado los comercios para expresar una revuelta contra una injusticia. Como si el hecho de ser jóvenes lo excusara todo. Como si la sociedad fuera siempre culpable y el delincuente siempre inocente. Ésos son los herederos de Mayo del 68, que denigran la identidad nacional, que atizan el odio a la familia, a la sociedad, al Estado, a la nación, a la República.En estas elecciones se trata de saber si la herencia de Mayo del 68 debe ser perpetuada o si puede ser liquidada de una vez por todas. Yo quiero pasar la página de Mayo del 68. Pero tiene que ser más que un gesto. No hay que contentarse con poner banderas en los balcones el 14 de julio y cantar la Marsellesa en vez de la Internacional en los mítines del Partido Socialista. No se puede decir que se desea el orden y tomar sistemáticamente partido contra la policía. No es posible seguir denunciando la “provocación” y el “Estado policial” cada vez que la policía intenta hacer respetar la ley. No se puede decir que uno apuesta por el valor del trabajo y, al mismo tiempo, generalizar las 35 horas, seguir cargándolo con impuestos y estimular la mentalidad del asistido, del que cobra del Estado para no trabajar. No se puede decir que se desea obstaculizar las deslocalizaciones y al mismo tiempo rechazar cualquier experimentación del IVA social, que permite financiar la protección social con las importaciones. No es posible proclamar grandes principios y negarse a inscribirlos en la realidad. Yo propongo a los franceses romper realmente con el espíritu, con los comportamientos, con las ideas de Mayo del 68, con el cinismo de Mayo del 68. Propongo a los franceses devolver a la política la moral, la autoridad, el trabajo, la nación. Les propongo reconstruir un Estado que haga realmente su trabajo y que, en consecuencia, domine las feudalidades, los corporativismos y los intereses particulares. Les propongo rehacer una República una e indivisible contra todos los comunitarismos y todos los separatismos. Les propongo reedificar una nación que de nuevo esté orgullosa de sí misma. (...)Al poner sistemáticamente los derechos por encima de los deberes, los herederos de Mayo del 68 han debilitado la idea de ciudadanía. Al denigrar la ley, el Estado y la nación, los herederos de Mayo del 68 han favorecido el crecimiento del individualismo. Han incitado a cada cual a no pensar más que en sí mismo y a no sentirse concernido por los problemas del prójimo. Yo creo en la libertad individual, pero quiero compensar el individualismo con el civismo, con una ciudadanía hecha de derechos pero también de deberes. Quiero derechos nuevos, derechos reales y no virtuales. Quiero un derecho real a un techo, al alojamiento. Un derecho real al cuidado de los hijos, a la escolarización de niños con minusvalías, a la dependencia para los mayores. Quiero el derecho a un contrato de formación para los jóvenes de más de 18 años, y a la formación a lo lago de toda la vida. Quiero el derecho a la caución pública para aquellos que no tienen padres, para los que no tienen relaciones, para los enfermos a los que no se les quiere prestar porque se considera que representan un riesgo demasiado elevado. Quiero el derecho a un contrato de transición profesional para los que están en paro.Pero quiero que estos derechos estén equilibrados con los deberes. La ideología de Mayo del 68 habrá muerto cuando la sociedad se atreva a recordar a cada cual sus deberes, cuando en la política francesa se ose proclamar que, en la República, los deberes son la contrapartida de los derechos. Ese día al fin se habrá realizado la gran reforma moral e intelectual que Francia necesita una vez más. Entonces podremos reconstruir sobre cimientos renovados esa República fraternal que es el sueño siempre inacabado, nunca realizado de Francia desde el primer día en que tuvo conciencia de su existencia como nación. Porque Francia no es una raza, no es una etnia, ni sólo un territorio; Francia es un ideal incansablemente perseguido por un gran pueblo que, desde su primer día, cree en la fuerza de las ideas, en su capacidad para transformar el mundo y hacer la felicidad de la humanidad.Quiero decírselo a los franceses: el pleno empleo, el crecimiento, el aumento del poder adquisitivo, la revalorización del trabajo, la moralización del capitalismo, todo eso es necesario y es posible. Pero eso no son más que medios que deben ser puestos al servicio de una cierta idea del hombre, de un ideal de sociedad donde cada cual pueda encontrar su lugar, donde la dignidad de todos y cada uno sea reconocida y respetada.»

EN DEFENSA DE LA VIDA

DECLARACIÓN DE LA CORPORACIÓN DE ABOGADOS CATÓLICOS

El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación ha difundido el texto del Proyecto de Código Penal elaborado por la comisión oficial que preside su titular y coordina el Secretario de Política Criminal.

Sin perjuicio de otros aspectos que serán objeto de posteriores comentarios, la Corporación de Abogados Católicos considera impostergable denunciar públicamente el ataque contra la vida inocente que se procura a través de las reformas que propone dicho proyecto.

Hay un principio de Derecho Natural que la legislación positiva debe observar estrictamente según el cual nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente.

Ese precepto fundamental, inscripto en el corazón de todos los hombres, y que no puede ser excepcionado en circunstancia alguna, se encuentra en el proyecto desconocido y vulnerado por varias de sus disposiciones, especialmente las que se refieren: 1°) a la permisión absoluta del aborto en los tres primeros meses de gestación (art.93); 2°) a su justificación durante el resto del embarazo con motivaciones genéricas ("peligro para la salud física o psíquica de la madre") que equivalen a su total despenalización (art. 92 inc. a); 3°) a que durante los nueve meses de gestación la madre y el médico puedan disponer a su arbitrio de la vida humana inocente engendrada después de una violación (art.92 inc. b); y 4°) a la atenuación y aún a la eximición de pena a quien practicare la eutanasia con un enfermo incurable o terminal (art.89).

Tamañas agresiones contra la vida humana en sus tramos más vulnerables, cuando requiere mayor protección y respeto, contrastan con la preocupación por preservar con sanciones penales las especies amenazadas o en peligro de extinción (arts. 206/210).

El proyecto propone así una grave discriminación contra personas humanas cuyo derecho a la vida se encuentra proclamado y garantizado en instrumentos internacionales que tienen jerarquía constitucional.

Reclamamos que la Comisión Oficial del Ministerio de Justicia suprima del proyecto todas las disposiciones que desconozcan la intangibilidad de la vida inocente.

Alberto E. Solanet, Presidente
Juan Manuel Medrano, Secretario
info@abogadoscatolicos.org.ar

¿DEVALUACIÓN EXITOSA?

Daniel Artana, economista jefe de FIEL y viejo amigo, publicó ayer en Ambito Financiero un documentado artículo cuyas principales conclusiones vale la pena repasar. El corazón del artículo es el gráfico que reproduzco a continuación. Éste muestra la evolución de la producción industrial en Argentina, en Brasil y en Chile desde 1993 hasta ahora. Sin proponérselo, Artana suma evidencia para probar que la trágica devaluación del peso de 2002 ha sido un fraude.
Estas son las conclusiones más reveladoras:

1. Entre el pico de 1998, durante la Convertibilidad, y 2007, la producción industrial argentina ha aumentado un 21%. Pero la producción industrial en Brasil y en Chile ha aumentado en igual período un 31% y un 48%, respectivamente.
2. En igual período, las exportaciones industriales de Argentina prácticamente se duplicaron, medidas en dólares. Pero las de Brasil y Chile, casi se triplicaron.
3. A similar conclusión se arriba cuando se compara la evolución de las exportaciones industriales medidas en volúmenes físicos.
4. La contribución de la industria argentina a la creación de empleo ha sido mínima. Según la Encuesta de Hogares (INDEC), la industria creó apenas el 4% de los puestos de trabajo generados por la economía argentina en dicho período (90.000 empleos sobre un total de 1.800.000).
5. Para descontar el terreno perdido, la industria argentina debe invertir. Con este fin, los industriales solicitan que el gobierno "les devuelva" el BANADE, para tener crédito barato como hay en Brasil. Mientras tanto, sin embargo, los industriales toman créditos a una tasa de 12% anual en pesos por períodos de 3 a 10 años. Esta tasa de interés nominal equivale a una tasa real de -2% anual después de deducir la inflación y los intereses nominales sobre el crédito. (La falta de ajuste por inflación de los balances permite la segunda deducción.)
Tanto el gobierno nacional como Roberto Lavagna, un ex-ministro de este gobierno que se postula como alternativa al presidente Kirchner en las elecciones presidenciales de octubre, sostienen orgullosamente que la recuperación argentina se debe al ‘modelo productivo’. El pilar de este mentado y poco riguroso modelo es el ‘dólar alto’. Ellos opinan que la devaluación del peso fue muy exitosa. Y ciertamente lo fue para llenar de plata los bolsillos de los industriales, quienes pudieron así licuar deudas bancarias, tarifas de energía y salarios de obreros. Aumentó la rentabilidad industrial, qué duda cabe, pero ¿aumentó la inversión? Muy poco. La inversión no logra perforar el techo de 21% del PBI. ¿Saben por qué? Por dos razones. La menos importante es que las crisis de energía y de seguridad que desencadenó la misma devaluación espantan el capital. La más importante es que nadie, empezando por los propios industriales, cree que el modelo productivo pueda mantenerse en pie por demasiado tiempo.Jorge Avila Opina – www.JorgeAvilaOpina.com