¿DEVALUACIÓN EXITOSA?

Daniel Artana, economista jefe de FIEL y viejo amigo, publicó ayer en Ambito Financiero un documentado artículo cuyas principales conclusiones vale la pena repasar. El corazón del artículo es el gráfico que reproduzco a continuación. Éste muestra la evolución de la producción industrial en Argentina, en Brasil y en Chile desde 1993 hasta ahora. Sin proponérselo, Artana suma evidencia para probar que la trágica devaluación del peso de 2002 ha sido un fraude.
Estas son las conclusiones más reveladoras:

1. Entre el pico de 1998, durante la Convertibilidad, y 2007, la producción industrial argentina ha aumentado un 21%. Pero la producción industrial en Brasil y en Chile ha aumentado en igual período un 31% y un 48%, respectivamente.
2. En igual período, las exportaciones industriales de Argentina prácticamente se duplicaron, medidas en dólares. Pero las de Brasil y Chile, casi se triplicaron.
3. A similar conclusión se arriba cuando se compara la evolución de las exportaciones industriales medidas en volúmenes físicos.
4. La contribución de la industria argentina a la creación de empleo ha sido mínima. Según la Encuesta de Hogares (INDEC), la industria creó apenas el 4% de los puestos de trabajo generados por la economía argentina en dicho período (90.000 empleos sobre un total de 1.800.000).
5. Para descontar el terreno perdido, la industria argentina debe invertir. Con este fin, los industriales solicitan que el gobierno "les devuelva" el BANADE, para tener crédito barato como hay en Brasil. Mientras tanto, sin embargo, los industriales toman créditos a una tasa de 12% anual en pesos por períodos de 3 a 10 años. Esta tasa de interés nominal equivale a una tasa real de -2% anual después de deducir la inflación y los intereses nominales sobre el crédito. (La falta de ajuste por inflación de los balances permite la segunda deducción.)
Tanto el gobierno nacional como Roberto Lavagna, un ex-ministro de este gobierno que se postula como alternativa al presidente Kirchner en las elecciones presidenciales de octubre, sostienen orgullosamente que la recuperación argentina se debe al ‘modelo productivo’. El pilar de este mentado y poco riguroso modelo es el ‘dólar alto’. Ellos opinan que la devaluación del peso fue muy exitosa. Y ciertamente lo fue para llenar de plata los bolsillos de los industriales, quienes pudieron así licuar deudas bancarias, tarifas de energía y salarios de obreros. Aumentó la rentabilidad industrial, qué duda cabe, pero ¿aumentó la inversión? Muy poco. La inversión no logra perforar el techo de 21% del PBI. ¿Saben por qué? Por dos razones. La menos importante es que las crisis de energía y de seguridad que desencadenó la misma devaluación espantan el capital. La más importante es que nadie, empezando por los propios industriales, cree que el modelo productivo pueda mantenerse en pie por demasiado tiempo.Jorge Avila Opina – www.JorgeAvilaOpina.com